
Llevamos mucho tiempo oyendo hablar de Heavy Rain. Tanto, que teníamos miedo de encontrarnos a la hora de la verdad con el “hype” del año. Expresiones como “revolución”, “un nuevo concepto” o “el videojuego que marcará un antes y un después” sobrevolaban por todas partes y hacían preguntarse, “¿realmente merecerá tanto la pena?”.
Ahora que hemos jugado podemos decir con rotundidad que sí, merece la pena. Quizás es pronto para hablar de revolución, pero lo que está claro es que Heavy Rain, por su concepción, nos proporcionará una experiencia que pocas veces, si no ninguna, habremos sentido al jugar a un videojuego.
Sólo por ello, por tener un objetivo distinto a la mayoría de títulos que hay en el mercado y, claro está, cumplirlo, hace que hablemos de un gran juego que, eso sí que lo creemos, dejará huella en la historia del sector.
La trama de Heavy Rain es de sobras conocida, así que resumiremos al máximo. Una ciudad de EEUU se ve sumida por el terror por culpa del Asesino del Origami, criminal que secuestra niños que aparecen ahogados por agua de lluvia al cabo de pocos días. La última víctima parece que será Shaun Mars, niño de padres divorciados. Desde el momento de su desaparición, cuatro personajes se verán inmersos en la investigación para encontrar el paradero del niño y desenmascarar al asesino.
Estos son Ethan Mars, padre de la criatura; Madison Page, una periodista que se topará con Ethan; Scott Shelby, detective privado contratado por las familias de los anteriores niños asesinados y Norman Jayden, agente del FBI que usa unos métodos muy sofisticados. Y sí, nosotros controlaremos a estos cuatro personajes.