Los japoneses tendrán oportunidad de poner sus manos sobre el nuevo Final Fantasy XIII este mes de diciembre, tras una larga espera por la primera entrega de nueva generación de la mayor saga de juegos de rol japoneses, con permiso de Dragon Quest. En el Tokyo Game Show se mostró finalmente una versión jugable de Final Fantasy XIII, después de la demo distribuida hace unos meses, y de los sucesivos tráilers y presentaciones realizadas en las últimas ferias. El juego está prácticamente terminado, aunque su lanzamiento europeo todavía no tiene fecha: dependerá, según parece, de la velocidad a la que Square Enix logre terminar la conversión a Xbox 360, versión que saldrá simultáneamente junto con la de PlayStation 3 en los mercados occidentales.

Aunque la gran novedad de la feria era, de hecho, probar la exploración y los combates del juego, lo cierto es que Final Fantasy XIII entra por los ojos. Es sin duda uno de los cúlmenes gráficos en lo que va de generación, no solo por detalles como la calidad del modelado, el número de polígonos del juego, la resolución de las texturas y ese tipo de detalles técnicos que suelen mencionarse, sino también y sobre todo por el nivel de preciosismo y atención al detalle de cada elemento del juego, especialmente de los personajes principales, Lightning y Snow. Esas leyendas sobre que hay tantos empleados de Square Enix dedicados únicamente al pelo de los personajes o a detalles insignificantes de su modelado o animación pueden ser ciertas o no, pero el resultado del trabajo artesanal de los diseñadores de Square Enix combinado con técnicas de captura de movimientos, dotan al juego de un aspecto excepcional tanto en los combates como en las secuencias cinemáticas. No hay ningún juego que le haga sombra actualmente en ese nivel de atención al detalle de los personajes, y tardará en existir.

En el Tokyo Game Show se mostraron dos demos diferentes del juego, aunque por culpa de las largas colas solo pudimos jugar a una, la protagonizado por Lightning (la chica), y limitarnos a observar la otra, donde Snow, el chico, era el personaje principal. La de Lightning nos llevaba a una ciudad portuaria llamada Palompolum, donde en compañía de otro de los personajes del juego, el niño llamado Hope, teníamos que infiltrarnos en una zona controlada por el gobierno (contra el que luchamos) para, al parecer, sabotearla; ésa es la información a grandes rasgos que nos dio un empleado de Square Enix, porque el juego como es de esperar estaba en un perfecto japonés y no nos entretuvimos demasiado intentando enterarnos de la historia salvo por la secuencia cinemática introductoria, donde veíamos cómo el antiguo mentor de Lightining, Yaag Rosch, preparaba un formidable ataque con naves voladoras, robots y un largo etcétera de fuerzas militares.


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